REVALORIZANDO COMUNIDADES Y TERRITORIOS

Tomándole el pulso a REDD+ en Centroamérica: Procesos, actores e implicaciones para la gobernanza territorial

18 de marzo de 2013

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Autores: Nelson Cuéllar y Andrew Davis

con la colaboración de Susan Kandel

Desde su inserción en 2005, como parte de las negociaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, lo que ahora se conoce como REDD+, ha tenido desarrollos sustanciales, a pesar que sigue siendo un mecanismo global de mitigación „en construcción‟ caracterizado no sólo por grandes expectativas, sino también por fuertes polémicas y disputas. De hecho, la evolución de éste mecanismo en las negociaciones de cambio climático reflejan esa tendencia, pues los énfasis iniciales que se visualizaban en los procesos de preparación, fueron ampliándose desde la deforestación y degradación forestal, para incluir la conservación forestal, el manejo forestal sostenible y la ampliación de las reservas de carbono forestal. Por otra parte, a diferencia de sus inicios, cuando este mecanismo se refería casi exclusivamente a los aspectos económicos, técnicos y metodológicos, en relativamente poco tiempo, fueron influenciados por las enormes preocupaciones por la dimensión social y política, reflejadas en los procesos de consulta, en los sistemas de salvaguardas y en el consentimiento previo, libre e informado, entre otros. Actualmente, además de esas preocupaciones, REDD+ estaría ampliándose a una mayor diversidad de opciones que incluso plantean vinculaciones con objetivos y estrategias de adaptación al cambio climático, en tanto que se comienzan a proponer opciones de no mercado, que no se basarían en financiamiento a través de mercados de carbono.

Si bien REDD+ aún está lejos de ser un mecanismo plenamente definido, no sólo sigue desarrollándose en las negociaciones de cambio climático, sino que también ya está siendo implementado en diversos países del mundo, en su etapa inicial de preparación para implementarlo como un eventual mecanismo de mitigación, con las complejidades técnicas, financieras, ambientales, sociales y políticas que eso significa. Centroamérica es una región en la que ese proceso ya inició. Desde 2008, cuando el Banco Mundial lanzó la iniciativa de preparación para REDD+ a través del Fondo Colaborativo para el Carbono de los Bosques, financiado por unos quince países desarrollados, todos los países, sin excepción, mostraron su interés por participar y prepararse para un eventual mecanismo de REDD+. En 2012, prácticamente todos los países de la región habían concluido sus propuestas de preparación para acceder al financiamiento para ejecutar sus respectivos planes de preparación para REDD+.